jueves, 27 de septiembre de 2012

La “cajita de verdades” de Mario Silva



El presentador de televisión del canal del Gobierno, Mario Silva, nos presenta cada noche un programa de opinión extremadamente parcializado, utilizando de manera experta la retórica de izquierda, con una mezcla de constantes insultos hacia los sectores de oposición.

En la edición del 21 de septiembre, el moderador hizo insistentes críticas hacia el candidato de la unidad y su manera de hacer campaña electoral. El sarcasmo es un recurso que se evidenció en las dos horas de transmisión, en la que sin temor a represalias ni cierres de Conatel, empleó música con doble sentido buscando calentar los ánimos y, por supuesto, estuvo acompañada siempre por imágenes transmitidas de estaciones televisivas como Globovisión.

Además, dedicaron gran espacio a la propaganda electoral del candidato oficialista.  Los términos “camarada” y “comandante” forman parte del discurso de Silva, sin dejar de mencionar el  insistente uso de adjetivos descalificativos como “basura”, “majunche”, “bastardo” y  “gusano”, refiriéndose a la figura del candidato opositor Henrique Capriles y como copia fiel del siempre déspota lenguaje empleado por el presidente Hugo Chávez en cada una de sus apariciones públicas.

Una emisora subsidiada por el dinero de todos los venezolanos no debería dedicarse a ofender a un sector del país; ha dejado de ser un programa de opinión o información, al romper cualquier código de ética profesional y convertirse en un mitin político diario.

Los medios tienen como finalidad ser canales de opinión pública y ventanas el clamor del pueblo, con información veraz y oportuna que beneficie a todos por igual, pero sobre todo, deben ser entes comprometidos con  la verdad  e imparciales y esto es lo que indiscutiblemente no observamos cuando prendemos el televisor y es la hora de Mario Silva y su programa “La Hojilla”.

Los medios no deben ser propulsores de conductas extremas, a sabiendas de la facilidad de transmitir un mensaje de manera masiva. Manipular la verdad a su beneficio, es dar el consentimiento al incumplimiento de códigos éticos.

Es importante conocer que las conductas que estamos permitiendo que los medios de comunicación difundan a nuestros hogares, terminan siendo un reflejo del modo de ser del venezolano. El programa la Hojilla no es mas, que lo que quieren escuchar los chavistas, porque refuerza cada vez más su ideología y una fuente de violencia generalizada entre quienes simpatizan con el actual presidente.
Tissiana Spinale


jueves, 13 de septiembre de 2012

Bajo lupa pública


RIVALIDADES A DOS TONOS: ROJO Y AZUL.
Agresiones que ya no son agresiones.
“Eso es otra cosa, ahí no hubo agresión física”; respondió el Alcalde de Valencia, Edgardo Parra cuando se le preguntó sobre las agresiones físicas que sufrió el diputado de la AN, Miguel Cocchiola cuando se disponía a introducir un documento ante el Concejo Municipal y, que acto seguido un grupo de trabajadores de la Alcaldía de la región se hicieron sentir al embestirlo con empujones, tierra y hasta agua.

Luego de estas declaraciones habrá que revisarse lo que se entiende en ésta ciudad como “agresiones físicas” hacia el sector opositor del gobierno. Increíble es, cuando los oficialistas denuncian agresiones por parte de la oposición y éstos hechos sean verídicos o no, son llevados a una justicia que nos trata desigual dependiendo del color de la camisa que lleves.

Por contrario que intenten demostrar el Alcalde, éste hecho pasado confirma su veracidad con un video de la agresión al diputado, el cual fue entregado al CNE por parte de los miembros del Comando Venezuela de Valencia.

Un voto puede hacer la diferencia.
Leopoldo López negó que exista exclusión de otros partidos dentro de la oposición, luego de que cinco organizaciones políticas le retiraran su apoyo al candidato tiempo después de que hiciera pública su propuesta de paquete económico.
Ante esta polémica, prontamente se hicieron sentir fuertes rumores de que aquellos partidos que retiraron su apoyo fueron comprados por el Gobierno en curso, y el exgobernador del Estado Anzoátegui, David De Lima declaró textualmente en su defensa “Esas descalificaciones no son importantes porque yo lo que he convocado es a un debate de ideas. (…) Yo he pedido un debate, en Venezuela cuesta mucho el debatir las ideas”.

Ante estos hechos difícilmente puede llegarse a una conclusión porque realmente nunca se sabe a ciencia cierta qué es lo que pasa a puertas cerradas, sin embargo, lógicamente con las elecciones a la vuelta de la esquina, el CNE establece que debido a la cercanía de la fecha electoral, las papeletas ya no podrán ser cambiadas y que cualquier voto por estos partidos políticos retirados se contarán como nulos, lo que resalta que estos conflictos no benefician al sector opositor, pues un voto más puede hacer la diferencia y habrá que inventarse algún modo de esparcir la información por todo el país para que haya un margen de error prácticamente nulo, ya que los partidos establecieron que si bien ya no apoyan al candidato opositor, tampoco benefician a ningún otro.

Batalla campal
Se registraron actos violentos entre opositores y oficialistas a las afueras del aeropuerto en Puerto Cabello con la visita del candidato al presidente del sector opositor Enrique Capriles, dejando cantidades de heridos de ambos bandos.
Una fuente fidedigna al autor, aseguró que fue el dirigente del PSUV, conocido como el “Flaco” Vargas, el que incitó al sector rojo a concentrarse en las cercanías de lo que sería el punto de concentración de la visita de Capriles, lo que ocasionó el encuentro violento.

No es para sorpresa de nadie que es ya bastante común en nuestro país este tipo de batallas campales entre chavistas y opositores, y menos todavía que las autoridades policiales no muestran interés en acabar con estos actos de violencia, lo que nos deja desamparados cuando ocurren hechos como los registrados.
                De la misma forma sería importante evaluar el papel que estaría tomando el CNE ante lo suscitado bajo el periodo de la presente campaña electoral, dichos hechos deberían ser sancionados para que ningún partido se vea perjudicado.  

Es un hecho el ventajismo existente entre un candidato y otro, cuando uno de ellos se aprovecha del la superioridad que el titulo le concede, el poder ante los medios de comunicación, la transmisión de cadenas presidenciales utilizadas para intentar convencer a la gente que de que necesita mas tiempo para consolidar su “revolución”.

El número de medios administrados por el gobierno pasó a un total de 7 en el 2012, además se manejan tres circuitos radiales a nivel nacional, sumándole las 250 emisoras comunitarias y los tres diarios financiados por el ente publico.

Y mientras el candidato favorecido solo se dedica a descalificar el discurso de su contrincante, agregándole los hechos conflictivos por parte de miembros que apoyan su partido, se asoma otro candidato que sin importar las adversidades hace llegar su mensaje a todos los rincones del país, respondiendo con besos y abrazos a quien siga su camino.

No es una batalla fácil, pero lo que es evidente, es que a pesar de los obstáculos impuestos por aquellos interesados en perjudicar a la oposición, no existe ningún tipo de miedo para enfrentarlos y superarlos. Al contrario de algunos en la que dichas actitudes podrían tomarse como un temor indiscutible por encarar la posibilidad más cercana de derrota.

jueves, 6 de septiembre de 2012

La polarización política que domina a Venezuela


La polarización se define como una separación a extremos de dos cargas diferentes. Cuando ésta definición es llevada al campo político se puede entender como dos corrientes políticas tan diferentes que llegan a los extremos, sin cruzarse ni acercarse en ningún punto.  
Este fenómeno se hace cada vez más común en el mundo, en la medida en que los partidos políticos van desarrollando ideologías cada vez más extremistas y excluyentes a las demás, creando así una separación marcada de filosofías de Estado y gobierno, lo que conlleva al país a entrar en crisis políticas que si bien al comienzo pueden no tener tanto impacto, con el tiempo se arraigan en la sociedad, creando intolerancia y roces entre la población.

Latinoamérica sufre de este mal; por dar un ejemplo completo y de lo que puedo hablar con propiedad, Venezuela es un país que cayó en las desgracia de la polarización política desde hace aproximadamente 10 años, cuando el Presidente electo Hugo Chávez le da inicio a su nueva ideología política llamada Socialismo del Siglo XXI, lo que pues, para cualquier persona estudiada y conocedora del tema conoce como un comunismo a lo Fidel Castro, siendo éste la musa de la ideología. Esta filosofía crea discordias y es bastante excluyente hacia las clases media, alta y para los inversionistas extranjeros, quienes gracias a las inversiones y a su trabajo con el Estado han llevado este país a un mediano desarrollo industrial; además, crea un ambiente político tenso, pues el discurso de los precursores de este rezo es soez e incita a la violencia de manera directa o indirecta y tilda de “traidor” a cualquiera que por iniciativa propia se atreva a pensar diferente.
Esta línea política en general ha creado por un lado un éxtasis de identificación con el discurso, pues Venezuela es un país cuya población estudiada es estadísticamente de un 80%, por lo que pocos saben distinguir entre un Comunismo, Socialismo o una Democracia Social de Derecho y  de Justicia, forma de Estado que plantea nuestra Constitución, la madre de todas las leyes. Este éxtasis de identificación va referido a la población adepta al oficialismo, quienes ofendidos por aquellos que tienen más capacidad económica se encargan de despreciarlos y así mismo de llevarnos a un retroceso, pues la idea del desarrollo es unir fuerzas de todos lados para avanzar. Por otro lado, está la línea política de la oposición con una filosofía bastante contraria a la promulgada por el gobierno, ésta reza que Venezuela no tiene porque ser un país con una pobreza, una inflación, una violencia y un desempleo que llega hasta las nubes, sino un país aquellos comparables de los del primer mundo, entendiéndose que Venezuela ha sido comparado con países como Zimbabue, una República africana que hace años cayó en decadencia en todos los aspectos. También afirma que una nación no debe estar separada por colores políticos (rojo de oficialismo y ahora la oposición ha adoptado el color azul) y que en la unión esta la fuerza. Un pensamiento bastante distinto al oficial, ¿cierto?
En total han sido más de 10 partidos políticos los que se han unido para éste 7 de Octubre ponerle un fin al gobierno que ya lleva dos períodos en el poder e intentan sumar cada vez más gente, intentando ponerle un fin a la polarización que tanto daño le hace a nuestro país.